
Control anual de lunares y pecas
Los lunares y las pecas son una alteración genética que conlleva un incremento en el número de células que dan color a la piel.

Su forma, tamaño y número son variables y la causa de ello es la exposición solar, a los rayos UVA así como los cambios hormonales y algunos tratamientos.
Se aconseja realizar un control anual de lunares y pecas puesto que pueden llegar a transformarse en un tumor maligno.
Actualmente, se utiliza una técnica no invasiva conocida como microscopia de epiluminescencia, que mejora el diagnóstico clínico de las lesiones y permite identificar las que no son identificables a simple vista. Con ello, se puede realizar un seguimiento preciso en pacientes con elevado riesgo de padecer un melanoma (cáncer de piel).
El objetivo de este control es la prevención con tratamientos antioxidantes y la formación de los pacientes para evitar futuros riesgos.
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