Botox
El botox -o toxina botulínica- es una neurotoxina con capacidad de suavizar la musculatura que se utiliza en el tratamiento de las arrugas faciales en el ámbito de la medicina estética facial.
Al inyectar el botox , se debilitan y paralizan algunos músculos y se bloquean ciertos nervios.
Usamos la toxina para suavizar las arrugas de expresión, resultantes de reir, llorar o enfadarnos. Tratamos el tercio superior de la cara (entrecejo, patas de gallo y frente) y nos ayuda a elevar la ceja y relajar la mirada. Así, se suavizan las líneas de expresión que pueden llegar casi a desaparecer al cabo de varios tratamientos, y se consigue un aspecto mucho más joven y una expresión más relajada.
Se administra a través de inyecciones que se pueden aplicar en cualquier época del año, son indoloras, tienen efecto inmediato y pocas veces tienen efectos adversos.
Su resultado dura hasta 6 meses en el primer tratamiento, pero a medida que se repite su aplicación se va alargando y bastará con una aplicación anual para mantenerlo.