La psoriasis es una enfermedad autoinmune, crónica y no contagiosa que se caracteriza, por la presencia de placas rojizas en la piel, recubiertas de escamas blanquecinas, y que ocasionalmente puede picar. La psoriasis se manifiesta en la piel pero afecta a otras zonas del cuerpo. Los principales lugares donde se localiza la psoriasis son en el cuero cabelludo, los codos y las rodillas, provocando un cierto quemor y picor.
La psoriasis comienza en el sistema inmunológico, concretamente en los linfocitos T, que se activan de forma indebida y originan diferentes respuestas celulares, como la proliferación y dilatación de los vasos sanguíneos.
Aproximadamente el 2% de la población sufre psoriasis en diferentes grados; pueden ir desde brotes benignos en los que la persona no llega a percibir que tiene psoriasis, hasta casos graves. Aunque las causas de la psoriasis son desconocidas, existe una predisposición genética a padecer la enfermedad, pero no siempre se manifiesta. Suelen aparecer los primeros brotes entre los 16 y 22 años, y entre los 50 y 60, pero puede afectar a personas de todas las edades.
Aproximadamente el 2% de la población sufre psoriasis en diferentes grados
La psoriasis es una enfermedad crónica y, como tal, sus causas dependen de cada paciente. Para definir el tratamiento de la psoriasis, es necesario buscar las diferentes posibles causas que provocan la enfermedad en cada paciente. Para ello, habrá que analizar su calidad de vida y su nivel de estrés así como realizar una buena historia clínica. Nuestros mejores resultados en el tratamiento de la psoriasis los obtenemos equilibrando a la persona y aplicando tratamientos no agresivos.
