Cómo prevenir la aparición de varices

como evitar las varices

Las varices son venas dilatadas y tortuosas que afectan principalmente las piernas, causando molestias físicas y, en muchos casos, impacto estético. Aunque factores como la genética, el sexo y la edad influyen en su aparición, existen estrategias respaldadas por la evidencia para reducir su riesgo. Con hábitos saludables, ejercicios específicos y orientación profesional, es posible cuidar la salud venosa y mejorar la circulación.

Ejercicios para evitar las varices

La actividad física no solo mejora la circulación, sino que fortalece la musculatura de las piernas, lo que favorece el retorno venoso. Algunos ejercicios especialmente recomendados incluyen:

  • Caminar: Caminar entre 30 y 60 minutos al día activa los músculos de las pantorrillas, que funcionan como “bombas musculares” para empujar la sangre hacia el corazón. Además, ayuda a mantener un peso saludable, un factor crucial para reducir la presión sobre las venas.
  • Nadar: La flotación en el agua reduce la presión sobre las piernas y mejora la circulación sin impacto en articulaciones ni riesgo de lesiones. Estilos como el crol o la braza estimulan distintos grupos musculares, favoreciendo el flujo sanguíneo y reduciendo la hinchazón.
  • Ciclismo: Pedalear, ya sea en bicicleta estática o al aire libre, activa la musculatura de muslos y pantorrillas, fortaleciendo las paredes venosas y ayudando a prevenir la dilatación de las venas. Es especialmente beneficioso para personas que pasan muchas horas sentadas.
  • Yoga y estiramientos: Posturas como “piernas en la pared” o elevaciones de piernas mejoran el retorno venoso al permitir que la sangre fluya más fácilmente hacia el corazón. Además, contribuyen a relajar la musculatura y reducir la sensación de pesadez.

Hábitos saludables para prevenir las varices

Mantener hábitos cotidianos que favorezcan la circulación y reduzcan la presión en las piernas es clave:

  • Control del peso corporal: El sobrepeso aumenta la presión sobre las venas y puede acelerar la aparición de varices. Una dieta equilibrada, baja en azúcares y grasas saturadas, ayuda a mantener un peso saludable y protege la circulación.
  • Evitar sedentarismo prolongado: Permanecer de pie o sentado durante largos períodos dificulta el retorno venoso. Es recomendable alternar la posición, caminar unos minutos cada hora y, cuando sea posible, elevar las piernas unos 10-15 minutos varias veces al día.
  • Calzado adecuado: Los tacones muy altos o zapatos excesivamente planos dificultan el movimiento natural del pie y reducen la acción de “bomba” en los músculos de las piernas. Opta por calzado que permita apoyo firme del talón y flexibilidad en la planta.
  • Alimentación rica en fibra y antioxidantes: Frutas, verduras, legumbres y cereales integrales previenen el estreñimiento y aportan antioxidantes que fortalecen las paredes de las venas. El consumo adecuado de vitamina C y flavonoides puede mejorar la elasticidad venosa.
  • Evitar calor excesivo: Saunas, jacuzzis prolongados y exposición solar intensa dilatan las venas y empeoran la sensación de pesadez y la aparición de varices. Alterna con duchas de agua fría para estimular la circulación.

¿Cuándo consultar a un especialista?

Si se experimentan síntomas como dolor, sensación de pesadez, calambres nocturnos, hinchazón o cambios en la piel (coloración oscura o aparición de úlceras), es esencial acudir a un dermatólogo o flebólogo.

Los especialistas en medicina estética corporal pueden ofrecer diagnósticos precisos y tratamientos avanzados que combinan tecnología médica y estética, como escleroterapia, láser vascular o terapias de compresión. Además, orientan sobre hábitos y rutinas personalizadas para prevenir la progresión de las varices.

Prevención según la edad

Entre 30 y 50 años

En esta etapa, la circulación aún es relativamente eficiente, pero la combinación de sedentarismo y predisposición genética puede favorecer la aparición temprana de varices. Recomendaciones:

  • Incorporar caminatas de 30-60 minutos diarios.
  • Evitar cruzar las piernas durante períodos prolongados.
  • Practicar yoga o estiramientos que favorezcan la movilidad de tobillos y pantorrillas.

Entre 50 y 70 años

La elasticidad de las venas disminuye y el riesgo de complicaciones aumenta. Medidas preventivas:

  • Uso de medias de compresión graduadas según indicación médica.
  • Ejercicios de bajo impacto: subir escaleras, elevaciones de talones y ciclismo suave.
  • Dieta rica en antioxidantes y vitaminas C y E para fortalecer la pared venosa.

A partir de los 70 años

La movilidad puede estar limitada, por lo que se recomienda:

  • Ejercicios suaves adaptados a cada capacidad, como caminatas cortas o estiramientos diarios.
  • Masajes circulatorios y elevación de piernas varias veces al día.
  • Control médico periódico para detectar signos tempranos de complicaciones.

Recursos naturales y herramientas útiles

  • Castaño de Indias: Su extracto mejora la circulación, reduce la inflamación y fortalece las paredes venosas. Se encuentra en cremas o suplementos bajo supervisión profesional.
  • Árnica: Aplicada tópicamente, ayuda a aliviar dolor e inflamación, especialmente en piernas cansadas o con venas superficiales dilatadas.
  • Masajes circulatorios y elevación de piernas: Mejoran el flujo sanguíneo y reducen la sensación de pesadez.

Qué hacer si ya tengo varices y duelen o molestan

Si las varices producen dolor, sensación de pesadez, hinchazón o calambres, es importante actuar de manera temprana para aliviar los síntomas y prevenir complicaciones:

  • Consulta profesional inmediata: Un dermatólogo o especialista en medicina estética corporal puede evaluar la gravedad de las varices y recomendar tratamientos adecuados, desde medidas conservadoras hasta procedimientos médicos como escleroterapia o láser vascular.
  • Elevación de piernas: Elevar las piernas por encima del nivel del corazón varias veces al día ayuda a reducir la presión venosa y aliviar la hinchazón.
  • Medias de compresión: Usar medias de compresión graduadas según indicación médica mejora el retorno sanguíneo, disminuye la sensación de pesadez y previene el empeoramiento de las varices.
  • Ejercicio moderado: Actividades de bajo impacto como caminar, nadar o ejercicios de movilidad de tobillos y pantorrillas estimulan la circulación y reducen las molestias.
  • Control del dolor y la inflamación: Masajes suaves, baños de agua fría o cremas específicas con extractos naturales (como castaño de indias) pueden aliviar temporalmente la incomodidad, pero nunca reemplazan la valoración médica.
  • Evitar hábitos que empeoren el dolor: Permanecer mucho tiempo de pie o sentado, cruzar las piernas o usar tacones muy altos puede aumentar la presión venosa y la molestia.
  • Atención a señales de alerta: Cambios en la piel, aparición de úlceras o sangrado requieren atención médica inmediata, ya que pueden indicar complicaciones graves.

En todos los casos, la combinación de hábitos saludables, actividad física y seguimiento profesional es la mejor manera de manejar varices dolorosas y proteger la salud venosa a largo plazo.

Precauciones sobre información no profesional

Evita seguir consejos de personas sin formación médica o “gurús” en redes sociales. La información incorrecta puede retrasar un diagnóstico o incluso empeorar la condición.

Para resultados seguros y efectivos, consulta siempre a especialistas en medicina estética corporal, que combinan conocimientos clínicos y tratamientos estéticos avanzados para cuidar la salud venosa.

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