Permeabilidad intestinal: qué es y cómo tratar sus alteraciones con probióticos y alimentación

Fuente original: 20 Minutos

En los últimos años se habla mucho de la permeabilidad intestinal y de las consecuencias de esta para la salud. Pero, ¿qué significa tener el intestino permeable? ¿Por qué se produce? ¿Se puede tratar? Dr. Javier Santos Vicente, especialista en aparato digestivo y miembro de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD), nos aclara algunos conceptos.

¿En qué consiste la permeabilidad intestinal y qué la provoca?

La permeabilidad intestinal en sí no es uno patología, sino una función fisiológica del intestino. Es decir, que nuestro intestino es y debe ser permeable, pues deja pasar las sustancias a través de él, pero de manera selectiva, “el intestino tiene unos mecanismos que, a través de la permeabilidad, diferencian, de todo lo que entra en el intestino, lo que puede hacerle daño de lo que no. La permeabilidad es, por tanto, la capacidad selectiva que tiene el intestino de impedir que sustancias de gran tamaño pasen hacia dentro del intestino, porque eso provocaría reacciones anómalas, inflamatorias…”. Según explica el Dr. Javier Santos Vicente, hay dos rutas de permeabilidad del intestina, “una es la que está entre dos células (paracelular). Por ella pasan moléculas de muy pequeño tamaño, como el agua, algunos iones como el sodio o el potasio… y poco más. La otra es la transcelular, a través de la célula, y por ella pasan moléculas de mayor tamaño, como las proteínas de los alimentos, bacterias…”.

¿Qué ocurre cuando hay un trastorno de permeabilidad y qué lo provoca?

Puede ocurrir que el intestino sea demasiado permeable, es decir, que deje pasar sustancias dañinas. Esto sucede cuando “estas rutas de transporte, tanto la transcelular como la paracelular, están alteradas, y ya no se regula el paso de sustancias que pueden ser perjudiciales o son demasiado grandes”. Cuando esto ocurre, se dice que hay un trastorno de permeabilidad intestinal que puede ocasionar muchos problemas de salud, desde inflamación hasta “enfermedades neurológicas, del hígado, de la piel… Aún faltan muchos estudios, pero de lo que no cabe duda es de que el intestino juega un papel importante en muchos procesos y hay que investigar. Es un tema apasionante”, nos cuenta el Dr. Santos Vicente. “Cuando la alteración es temporal no suele dar problemas, pero cuando es más permanente, sí”.

Entre las causas, aunque también se está investigando, se encuentran desde “alternaciones genéticas, hasta factores de nuestro entorno o estilo de vida, como la dieta, el estrés, los antibióticos, el alcohol, otros medicamentos…”. Además, está muy relacionada con enfermedades inflamatorias intestinales, como la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn o el síndrome de intestino irritable.

¿Cómo influye la dieta en la permeabilidad intestinal?

La alimentación influye directamente en la permeabilidad intestinal, pues se sabe que hay alimentos que pueden alterarla y otros que pueden ayudar a corregir estas alteraciones, como “algunos ultraprocesados, que suelen tener una cantidad de excipientes muy elevados. Entre ellos se encuentran algunas sustancias que son surfactantes, que pueden atacar el moco del intestino. La mucosa es una de las barreras que tiene el intestino para regular esa permeabilidad. Si se altera el moco, hay un contacto directo con la célula propia del intestino y ciertas sustancias y lo dañan”, aclara.

En el otro lado de la balanza encontramos los alimentos que pueden ayudarnos a regular esa permeabilidad y que esta se realice de manera correcta. Estos son, por ejemplo, “los alimentos ricos en fibra fundamentalmente, que lo que hacen es que, junto con las bacterias del intestino, producen cambios positivos en la permeabilidad”. También “los flavonoides -antioxidantes en muchas frutas y verduras-, la cúrcuma, la glutamina (un aminoácido presente en los frutos secos, los lácteos, la carne)… La lista es enorme”.

¿Se puede tratar los trastornos de permeabilidad con la dieta?

La dieta y la nutrición son herramientas que pueden equilibrar la permeabilidad intestinal, pero, además de que pueden no ser suficientes en algunos casos, deberán ser siempre recomendadas por un especialista, “en el caso de las enfermedades inflamatorias intestinales, como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, el trastorno de la permeabilidad es muy severo porque tienen muy dañada la mucosa. Estas enfermedades ya tienen tratamientos específicos antinflamatorios, que a su vez pueden regular la permeabilidad y no es necesario implicar a otro tipo de medidas”.

Si la permeabilidad está relacionada con otras patologías más comunes como “el intestino irritable, donde estos trastornos son más sutiles, para corregirlo, hay muchísimas maneras, y la nutrición es una de ellas”.

En estos casos, se puede recurrir, además de llevar una dieta sana, a algunos suplementos naturales de sustancias que ayuden a la permeabilidad, como los nombrados anteriormente, o incluso algunos probióticos, pues la microbiota también juega un papel fundamental en los problemas de permeabilidad, “el contacto entre las bacterias intestinales y la barrera intestinal es constante, por eso todas las bacterias tienen la capacidad de interferir en el proceso de la permeabilidad intestinal”, asegura.

Mucha evidencia, pero pocos estudios clínicos

Actualmente, no hay un protocolo establecido para tratar los trastornos de permeabilidad intestinal. Y es que, aunque hay muchas evidencias, faltan estudios clínicos, “en muchos casos existen evidencias sólidas de la efectividad de algunos alimentos o sustancias en animales o modelos de laboratorio, pero no tantas en ensayos clínicos en humanos. Sólo hay estudios muy sólidos en el caso de la glutamina”, se lamenta. Esto lleva a que haya mucha desinformación sobre el tema y que mucha gente recurra a pseudociencias, “ahora mismo tenemos un agujero muy grande en el que se está metiendo todo el mundo: médicos alternativos, fisioterapeutas, nutricionistas… que utilizan productos naturales que no necesitan regulación”. Para evitarlo, el doctor hace un llamamiento, primero para que se agilicen ensayos clínicos que aporten más evidencias científicas de productos que saben que funcionan y, por otro, a que la gente recurra siempre profesionales de la medicina para tratar los problemas de permeabilidad intestinal, “las sociedades científicas, como la Sociedad Española de Patología Digestiva, se están moviendo para evaluar qué papel tiene la permeabilidad y cómo se puede tratar. Esperamos que en los próximos años salgan unas guías clínicas que se puedan utilizar para tratar este tipo de problemas”, dice con esperanza.

Mientras tanto, él sigue tratando a sus pacientes en base a su experiencia y de manera personalizada, “las medidas generales son aplicables para todos los pacientes, como la actividad física, que sabemos que promueve la regulación de la permeabilidad, llevar una dieta sana que evite ultraprocesados y el alcohol, evitar el estrés…”. Y, además, medidas específicas para cada paciente, “como mejorar el estado de la microbiota o determinados suplementos nutricionales… porque la experiencia me dice que los pacientes lo toleran bien y les producen buenos resultados, pero es algo que no se puede generalizar”, concluye.

Informamos a nuestros pacientes que, dependiendo del día y hora, las consultas se realizan en dos centros diferentes (Clínica Corachán o Centro Can Rabia). Por favor, revisen el SMS de confirmación donde se les indica dónde deben acudir a visitarse.

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