Los moluscos en la piel son una afección dermatológica común, especialmente en la infancia, aunque también pueden presentarse en adultos. Se trata de pequeñas lesiones cutáneas provocadas por una infección viral que, si bien no suele ser grave, sí requiere atención adecuada para evitar su propagación, complicaciones o molestias estéticas.
En este artículo encontrarás una explicación clara y profesional sobre qué son los moluscos, por qué aparecen tanto en niños como en adultos, cómo se transmiten, cuáles son sus tratamientos más efectivos y en qué casos resulta imprescindible consultar con un especialista en dermatología.
¿Qué son los moluscos en la piel?
Los moluscos contagiosos son lesiones cutáneas benignas causadas por un virus de la familia Poxvirus. Se manifiestan como pequeños bultos o pápulas de color carne, blanco o rosado, con una depresión central característica en su superficie.
Estas lesiones pueden aparecer de forma aislada o en grupos, y suelen localizarse en el tronco, extremidades, pliegues y, en algunos casos, en la zona genital. No producen dolor, pero pueden generar picor, irritación o incomodidad estética.
A diferencia de otras infecciones cutáneas, los moluscos suelen desaparecer de manera espontánea en meses o años. Sin embargo, en determinados casos es necesario tratamiento para acelerar su resolución, prevenir contagios o evitar complicaciones.
Causas y formas de transmisión
El virus del molusco contagioso se transmite a través del contacto directo con la piel infectada o con objetos contaminados. Esto lo convierte en una condición muy frecuente en la infancia y en ciertos contextos de la vida adulta.
Principales vías de contagio:
- Contacto piel con piel: juegos entre niños, relaciones sexuales o roce directo.
- Objetos contaminados: toallas, ropa, juguetes, utensilios de higiene.
- Autoinoculación: rascado de una lesión que propaga el virus a otras áreas de la piel.
Factores de riesgo:
- Niños en edad escolar o preescolar.
- Personas con piel seca o dermatitis atópica.
- Adultos con sistemas inmunológicos debilitados.
- Deportistas que comparten superficies o material (natación, lucha, gimnasios).
Moluscos en la piel en adultos
Aunque suelen asociarse con la infancia, los moluscos en la piel en adultos no son infrecuentes. En personas mayores de 18 años suelen transmitirse principalmente por:
- Contacto sexual, cuando las lesiones aparecen en la zona genital, pubis, abdomen o muslos.
- Uso compartido de objetos personales como cuchillas de afeitar, toallas o ropa interior.
- Inmunosupresión, especialmente en pacientes con VIH, tratamientos oncológicos o enfermedades crónicas que afectan al sistema inmune.
En adultos, además de la incomodidad estética, el impacto psicológico y la posibilidad de contagiar a la pareja suelen ser las principales razones para acudir a consulta dermatológica.
Síntomas de los moluscos contagiosos
El síntoma principal es la aparición de pequeñas pápulas de entre 2 y 5 mm de diámetro. Se caracterizan por:
- Color: blanco, carne o rosado.
- Superficie lisa y brillante.
- Depresión central en forma de ombligo.
- Ausencia de dolor, aunque pueden picar o enrojecerse si se irritan.
En casos más avanzados, las lesiones pueden inflamarse, infectarse secundariamente o dejar marcas al resolverse. En personas con dermatitis atópica, los moluscos pueden ser más numerosos y persistentes.
¿Son peligrosos los moluscos en la piel?
En la mayoría de los casos, no. Los moluscos son una infección viral benigna y autolimitada, lo que significa que el cuerpo suele eliminarlos por sí mismo en un plazo de 6 meses a 2 años.
Sin embargo, hay situaciones que requieren atención profesional:
- Lesiones en zonas visibles que generan impacto estético.
- Moluscos múltiples, extensos o persistentes.
- Presencia en pacientes inmunodeprimidos.
- Moluscos en genitales o cara.
- Infección secundaria con pus, dolor o inflamación.
En estos casos, es fundamental que el diagnóstico y el manejo sean realizados por un especialista en dermatología.
Diagnóstico de los moluscos
El diagnóstico suele ser clínico, es decir, el dermatólogo puede identificar los moluscos con una exploración física gracias a su aspecto característico.
En casos atípicos o cuando se necesita descartar otras lesiones (verrugas, acné, quistes epidérmicos, incluso lesiones malignas), se puede recurrir a:
- Dermatoscopia: análisis con una lupa especial que muestra detalles invisibles a simple vista.
- Biopsia cutánea: muy poco frecuente, pero útil en casos dudosos.
Tratamientos para eliminar los moluscos en la piel
Aunque muchos casos se resuelven solos, en ocasiones se decide intervenir para acelerar la curación y evitar contagios. El tratamiento dependerá de la edad, el número de lesiones y la localización.
Curetaje dermatológico
- Consiste en extraer las lesiones con una pequeña herramienta quirúrgica.
- Es rápido y eficaz, pero puede resultar incómodo y requiere anestesia local en algunos casos.
Crioterapia
- Aplicación de nitrógeno líquido sobre las lesiones para destruirlas por congelación.
- Generalmente bien tolerada, aunque puede dejar enrojecimiento temporal.
Láser dermatológico
- Uso de láseres específicos que eliminan el tejido infectado con precisión.
- Ideal en lesiones múltiples o en zonas visibles donde se busca un buen resultado estético.
Tratamientos tópicos
- Cremas con agentes queratolíticos (como ácido salicílico o peróxido de benzoilo).
- Soluciones antivirales o inmunomoduladoras aplicadas directamente sobre las lesiones.
Enfoque expectante
- En casos leves y sin complicaciones, el dermatólogo puede recomendar simplemente esperar, vigilando la evolución.
Moluscos en la piel en niños
La población pediátrica es la más afectada por esta condición. El contagio en el entorno escolar o durante actividades deportivas es muy frecuente. Aunque en muchos casos los moluscos desaparecen sin intervención, las lesiones pueden multiplicarse rápidamente si no se controlan.
Es aquí donde cobra especial relevancia la atención profesional especializada en dermatología pediátrica. Un dermatólogo para niños podrá evaluar si conviene esperar la resolución espontánea o aplicar un tratamiento seguro y eficaz para evitar la diseminación.
Consejos para prevenir y manejar los moluscos
La prevención juega un papel esencial para reducir el contagio y la recurrencia:
- Evitar compartir toallas, ropa o juguetes de baño.
- Usar chanclas en piscinas y vestuarios.
- Cubrir las lesiones con gasas o ropa transpirable para reducir la transmisión.
- Mantener uñas cortas y evitar rascarse.
- Consultar precozmente al dermatólogo ante la aparición de lesiones sospechosas.
Importancia de la consulta médica
Los moluscos en la piel son una infección viral frecuente y, en la mayoría de los casos, benigna. Sin embargo, su capacidad de propagarse, la incomodidad estética que generan y el riesgo de complicaciones justifican la evaluación médica.
Aunque los moluscos en la piel no son graves, su manejo inapropiado puede alargar la infección, generar cicatrices o favorecer el contagio a otras personas. Intentar eliminarlos en casa con métodos caseros (aguja, presión o productos no indicados) suele agravar la situación y aumenta el riesgo de infección.
Un dermatólogo tiene la formación y las herramientas necesarias para eliminar las lesiones de manera segura, indolora y efectiva, adaptando el tratamiento a la edad y las características del paciente.

