Seguramente alguna vez te has encontrado con una manchita o protuberancia en tu piel que no tenías antes, o que simplemente no habías notado. ¿Será un lunar? ¿O podría tratarse de una verruga? Aunque muchas personas los confunden, la diferencia entre un lunar y una verruga es más importante de lo que parece.
No solo tienen distintos orígenes, sino también distintas implicaciones para tu salud dermatológica. En este artículo, te ayudamos a identificar sus características principales, cuándo debes preocuparte y cómo actuar si aparece una lesión nueva o sospechosa. Conocer tu piel es cuidarte mejor.
¿Lunar o verruga? Cómo distinguirlos
A primera vista, un lunar y una verruga pueden parecer similares, sobre todo si son pequeños, pero existen diferencias clave en su forma, color, textura y origen:
Origen
- Los lunares son acumulaciones de melanocitos, las células que producen melanina (el pigmento de la piel). Suelen ser de origen genético o por exposición solar.
- Las verrugas están causadas por una infección del virus del papiloma humano (VPH). Son contagiosas y pueden propagarse.
Textura
- Un lunar suele tener una textura lisa, homogénea, aunque puede estar ligeramente elevado.
- Las verrugas presentan una superficie rugosa o verrugosa, con aspecto de coliflor, y pueden endurecerse.
Color
- Los lunares pueden ser marrones, negros, rojizos o del color de la piel. A menudo tienen un color uniforme.
- Las verrugas son grisáceas, amarillentas o del mismo tono que la piel. No suelen presentar pigmentación oscura.
Sensación
- Los lunares, salvo excepciones, no causan molestias.
- Las verrugas pueden picar, doler o causar incomodidad si se localizan en zonas de roce o presión.
Ubicación
- Los lunares pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, incluso desde el nacimiento.
- Las verrugas son más frecuentes en manos, pies, codos, rodillas, cara o zonas genitales. Muchas veces surgen en racimos.
Evolución
- Los lunares suelen ser estables, aunque conviene observarlos.
- Las verrugas pueden crecer rápidamente, multiplicarse o contagiar otras zonas del cuerpo o a otras personas.
La clave está en observar cómo se comporta la lesión con el tiempo y prestar atención a cualquier cambio.
Tipos de lunares
Aunque muchas veces se habla de los lunares como una única entidad, lo cierto es que existen varios tipos, y conocerlos puede ayudarte a identificar qué tienes exactamente en la piel:
- Lunares comunes (nevos melanocíticos):
De pequeño tamaño, bordes regulares y un solo color. Suelen ser benignos y no requieren intervención. - Lunares atípicos o displásicos:
Presentan formas irregulares, bordes difusos o colores variables. A veces son difíciles de distinguir de un melanoma, por lo que deben ser revisados periódicamente. - Lunares congénitos:
Están presentes desde el nacimiento. Cuanto más grandes, mayor es el riesgo de desarrollar un problema maligno, aunque esto sigue siendo poco común. - Lunares adquiridos:
Aparecen a lo largo de la vida, especialmente por exposición solar. Si bien la mayoría son benignos, conviene observarlos.
Además, algunos lunares pueden presentar vello, variar su color con el tiempo o crecer ligeramente. Estos cambios no siempre son signos de alarma, pero sí deben ser valorados por un dermatólogo si son bruscos o recientes.
Tipos de verrugas
Las verrugas también se clasifican en función del tipo de VPH involucrado y la zona corporal afectada. Estos son los más habituales:
- Verrugas vulgares:
Aparecen con frecuencia en manos, codos o rodillas. Son redondas, rugosas y pueden crecer hacia fuera o hacia dentro (en el caso de las plantares). - Verrugas plantares:
Se desarrollan en la planta de los pies, donde el peso del cuerpo las aplasta hacia dentro. Suelen ser dolorosas al caminar y pueden confundirse con callos. - Verrugas planas:
Pequeñas, suaves y de superficie lisa. A menudo aparecen en la cara, brazos o piernas. Son más frecuentes en adolescentes. - Verrugas filiformes:
Largas, finas y con forma de hilo. Se encuentran en zonas sensibles como párpados, labios o cuello. - Verrugas genitales (condilomas):
Son de transmisión sexual y requieren atención médica urgente por el riesgo asociado a ciertos tipos de cáncer.
¿Los lunares pueden ser problemáticos?
Sí. Aunque la gran mayoría de los lunares son benignos, algunos pueden degenerar en melanoma, uno de los tipos más agresivos de cáncer de piel. Afortunadamente, si se detecta a tiempo, tiene muy buen pronóstico.
Señales de alerta: la regla del ABCDE
Una herramienta muy útil para detectar lunares sospechosos es la regla del ABCDE:
- Asimetría: una mitad del lunar no coincide con la otra.
- Bordes irregulares: mal definidos o dentados.
- Color desigual: mezcla de varios tonos (negro, marrón, azul, rojo).
- Diámetro superior a 6 mm (aunque algunos melanomas pueden ser más pequeños).
- Evolución: cambios rápidos en forma, tamaño, color o textura.
Si un lunar cumple con alguno de estos criterios, o si simplemente tienes la sensación de que «algo no va bien», consulta cuanto antes. Un diagnóstico precoz es vital.
¿Y las verrugas? ¿Debo preocuparme?
Las verrugas no suelen ser peligrosas, pero eso no significa que puedas ignorarlas:
- Algunas pueden causar molestias importantes si están en zonas de presión o fricción.
- Otras, como las genitales, están vinculadas con tipos de VPH de alto riesgo oncológico.
- Pueden propagarse fácilmente por contacto directo o autoinoculación (rascarse y tocar otra parte del cuerpo).
- En personas con el sistema inmunitario debilitado, pueden crecer rápidamente y multiplicarse.
Además, existen lesiones cutáneas que pueden parecer verrugas, pero no lo son: ciertos carcinomas o queratosis actínicas pueden confundirse fácilmente. Por eso, una revisión dermatológica puede ahorrarte preocupaciones y complicaciones futuras.
¿Qué hacer si sospecho que tengo una verruga?
Si te ha salido una lesión nueva con aspecto de verruga, no entres en pánico, pero actúa con sentido común:
- Evita manipularla o rascarla. Esto puede provocar sangrado, dolor o diseminación.
- No te automediques con remedios caseros o productos sin supervisión.
- Observa si hay cambios de tamaño, forma, color o sensibilidad.
- Consulta con un dermatólogo, especialmente si la verruga está en una zona delicada (cara, genitales, manos) o si te molesta.
El especialista te propondrá el tratamiento más adecuado, que puede incluir crioterapia (congelación), extirpación quirúrgica, láser o ácidos tópicos.
Cuida tu piel con profesionales
La piel es un órgano vital, que te protege del entorno, regula la temperatura y refleja tu salud interior. Aprender a leer sus señales no solo previene complicaciones, sino que mejora tu calidad de vida.
Si notas cualquier anomalía o lesión en tu piel, no te quedes con la duda. Acude a un dermatólogo con experiencia que pueda hacer un diagnóstico correcto y proponer el tratamiento adecuado.
Ver a un especialista en dermatología no es una decisión exagerada, sino un acto de responsabilidad hacia ti mismo.
¿Cuándo irse a ver una verruga?
Consulta a un dermatólogo si:
- La verruga duele, sangra o crece.
- Aparecen muchas en poco tiempo.
- Están en zonas visibles o sensibles.
- No desaparecen después de varios meses.
- Has probado tratamientos sin éxito.
- Te preocupa su aspecto o temes contagiar a otros.
¿Cuándo irse a ver un lunar?
Debes consultar si:
- Un lunar cambia de color, forma o tamaño.
- Aparece un lunar nuevo en la edad adulta.
- Notas picor, escozor, sangrado o dolor.
- Tienes muchos lunares (más de 50).
- Hay antecedentes familiares de melanoma.
No todos los lunares peligrosos son oscuros o grandes. A veces el más pequeño, si evoluciona rápido, es el que más atención merece.
Observa, protege y actúa
Saber la diferencia entre un lunar y una verruga te permite actuar con criterio. Muchas lesiones cutáneas son inofensivas, pero algunas pueden representar un riesgo real si no se detectan a tiempo.
Observar tu piel regularmente, protegerte del sol y acudir a revisiones periódicas con dermatología son los pilares de una piel sana. No subestimes ese bultito que parece no molestar. Escucha lo que tu cuerpo te está diciendo.¿Te ha salido una lesión en la piel y no sabes qué es? Pide cita para ver a un especialista en dermatología y obtén una valoración profesional y cercana